SEÑOR DIRECTOR:
Con motivo del debate público que se ha producido, habida consideración del sueldo de profesora universitaria que percibía una exministra de Estado, cobra particular fuerza la reflexión respecto a la forma de gestión altamente disímil que existe entre universidades privadas y universidades estatales.
En efecto, las universidades privadas reciben fondos públicos de distintas fuentes y los gestionan como si fueran recursos privados, con las limitaciones que impone la ley. Por otro lado, cuando una universidad del Estado logra gestionar algún fondo de carácter privado, aquel debe tratarse como cualquier fondo público, con las ataduras y complejidades de gestión propios de la burocracia. Esto encarece la gestión en las universidades estatales, ya que en muchos ámbitos son consideradas servicios públicos para el cumplimiento de la función pública. Se olvida así que estas instituciones compiten con otras de carácter privado y, además, no solo con instituciones nacionales, sino que también con internacionales.
Entonces, no resulta adecuado que las universidades estatales sigan un sistema de gestión que las equipare a una organización burócrata monopolista, que además recibe el 100% de su financiamiento del presupuesto público.
Daniel Burgos Bravo
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Carta al Director del Diario La Tercera publicada el día 30 de septiembre de 2024 [descarga].-