Señor director:
En el contexto de la discusión de la normativa que regulará el sistema de educación superior en nuestro país, ha existido en los medios de comunicación un profundo debate sobre el rol del Estado en la educación, el objetivo de las instituciones del sector, los mecanismos de financiamiento, la definición del concepto de universidad y la gobernanza adecuada para cada organismo.
Cada grupo busca posicionar sus intereses frente a los tomadores de decisiones donde, por las minutas que se conocen del proyecto, el rol del Estado sigue siendo preferentemente subsidiario, sin diferenciar mayormente entre “sus universidades“ y las que pertenecen a organizaciones no estatales laicas, confesionales o de otra índole.
Cuando nos acercamos a conocer el proyecto definitivo del gobierno, debemos recordar al menos que los intereses del país se ven materializados en primer lugar en sus propias instituciones, que responden a los valores republicanos y exponen en sus proyectos de desarrollo la búsqueda de su contribución al bien común de la nación; son en consecuencia de todos los chilenos y sirven a ellos.
Es por lo anterior que se hace necesario reforzar la autonomía universitaria, aumentar la flexibilidad administrativa de las universidades estatales y entregar los fondos basales mínimos que aseguren el funcionamiento de dichas casas de estudios.
Es lamentable que hoy las universidades estatales “rivalicen” con ese rol subsidiario tan cuestionado en otros ámbitos.
Daniel Burgos Bravo
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Carta al Director del Diario La Tercera publicada el día sábado 2 de julio de 2016 [descarga].-
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