Del decano Núñez aprendí muchas cosas: el aprecio por la Universidad, el amor incondicional por la familia y la importancia de la ciencia para el país. Pero más allá, aprendí de un hombre realizado en el más amplio sentido de la palabra, del cual siento profundo orgullo de haber compartido laboralmente con él.
Al inaugurar el edificio que hoy lleva su nombre, el profesor Núñez invitaba a “(...) ser parte de una Universidad Pública comprometida por el bien común que busca un bienestar basado en aquellas ricas virtudes que enriquecen y fortalecen nuestra República” (1). Es así como la defensa y promoción de la educación pública de excelencia, fue un sello que siempre imprimió en su trabajo científico y en la dirección superior universitaria; gran legado deja a las futuras generaciones, en momentos tan trascendentes como los actuales en la educación.
En lo personal, no puedo dejar de recordar el enorme aprecio a la profesión de Administrador/a Público que el decano Núñez siempre promovió. Son innumerables las veces en que defendió donde pudo a la profesión, con decisión y convicción, sabiendo que la formación de profesionales expertos en lo público al servicio del país, permite promover el desarrollo integral de Chile.
A un año de su partida, embargándome aún la tristeza de su ausencia, solo puedo dar las gracias por sus consejos, por su compañía y por la amistad que me brindó, como de igual manera, celebro su magnífica contribución a la Universidad de Chile, a la educación pública y a la ciencia de este país.
Daniel Burgos Bravo
Senador Universitario
(1) Discurso de inauguración de edificio y dependencias de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile; 22 de mayo de 2013 [url: http://www.uchile.cl/noticias/91428/discurso-inauguracion-edificio-y-dependencias]
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