El día de la marmota es una película dirigida por Harold Ramis cuyo personaje principal Phil Connors (Bill Murray) vive el “mismo día todos los días”. Idéntica situación acontece con la Escuela de Gobierno y Gestión Pública, trece años después de su adscripción al Instituto de Asuntos Públicos... “parecemos vivir el mismo día todos los días”.
Recuerdo que en las movilizaciones del año 2001 cuando la dependencia institucional correspondía a la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Casa de Estudios Superiores, la demanda de la comunidad universitaria de la Escuela en cuestión era “presupuesto, infraestructura y adscripción”. Paradojalmente, dicho discurso es tanto o más vigente en el año 2015 que en el 2001.
La situación de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública es una falta de respeto a su comunidad universitaria y para aquellos que nos honramos con ser egresados de dicha unidad académica. Los acontecimientos actuales son indignantes e inaceptables; nuevamente el tema presupuestario se encuentra en el tapete, unido a los problemas de dignidad de la infraestructura en lo inmediato y la dependencia institucional futura.
Si bien la Universidad de Chile vive el abandono de su Estado [que es su propietaria] sufriendo ataduras administrativas insostenibles en el tiempo, la distribución presupuestaria interna de la Corporación tiende a lógicas de eficiencia y eficacia, con un factor histórico de carácter inercial. Es por tanto necesario, no solo para la Escuela de Gobierno y Gestión Pública sino que también para todos los organismos universitarios, que el presupuesto sea una herramienta de gestión institucional, equitativa y solidaria internamente, todo en el contexto actual del financiamiento de la Educación Superior. Esperamos sinceramente que en el futuro el Estado cumpla el rol que le asiste con “su Universidad” en el ámbito presupuestario.
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Palacio Matte
Una de las más de 15 sedes de la Escuela en sus 60 años de historia
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Por otra parte los problemas actuales de infraestructura que enfrenta la comunidad universitaria de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública, son absolutamente inconcebibles; más allá de espacios modernos u óptimos para la vida universitaria de estudiantes, académicos y personal de colaboración, las carencias actuales del edificio que acoge a la Escuela son graves e innumerables, siendo actualmente el principal problema el hacinamiento. No obstante la luz se ve al final del camino con el desarrollo del Proyecto Vicuña Mackenna Nro. 20, en el cual confío firmemente para ser una solución a tantos problemas históricos, no sin antes hacer notar la importancia de resolver las urgencias que afectan la calidad de vida de los miembros de la comunidad universitaria de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública.
Finalmente se convierte en un desafió futuro de corto plazo revisar la adscripción institucional de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública, considerando el mandato que existe en el Estatuto y el Reglamento General de Facultades de la Universidad de Chile, que indica la dependencia de las Escuelas de Pregrado a una Facultad o directamente a la Rectoría de la Corporación. Esta situación exige ser revisada cuanto antes bajo un componente histórico, disciplinario y que permita el mayor desarrollo para la Escuela.
En este escenario se hace un imperativo buscar alternativas que den soluciones a lo urgente y permitan zanjar los problemas históricos de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública. Grandes cosas han conseguido los hijos de Bello hoy Administradores Públicos, aportando al desarrollo de la nación; grande es pues el desafío de trabajar por dotar de las condiciones necesarias a los futuros colegas y comunidad universitaria de la Escuela, para seguir enalteciendo la carrera de Administración Pública de la Universidad de Chile.
Daniel Burgos Bravo
Administrador Público
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